Crepúsculo y sus vampiros arrasaron con las boleterías en todo el mundo. De ese éxito no sólo se hizo famosa la historia pensada por Stephanie Meyer, autora de la saga, sino algunas estrellas que hasta ahora permanecían en estado de latencia. Una de ellas es, sin dudas, Kristen Stewart.
Si bien ya había conocido la fama de la mano de películas como La habitación del pánico y La casa, la actriz alcanzó la notoriedad a partir de su papel como Bella Swan, la linda adolescente que se enamoró del vampiro encarnado por el galán del momento, Robert Pattinson, en Crepúsculo .
Con 20 años, la actriz puede jactarse de llevar la mitad de su vida dedicándose a la actuación. Inició su carrera a los nueve, con una pequeña aparición en la película Tritón por accidente, de Disney. Pero su rostro no se hizo popular hasta los 15, cuando le tocó interpretar a la hija diabética de Jodie Foster en La habitación del pánico, película que cosechó críticas de todo tipo, pero en las que Kristen salió beneficiada.
Más tarde se la vio en Zathura (2005), en la que no llamó mucho la atención de los críticos porque su personaje no tenía un gran despliegue. Luego, en 2006, encarnó a Maya en Gente poco corriente y a partir de esa película fue convocada para el papel de Jess Salomón en el thriller The Messengers.
En 2007, encarnó a la adolescente Lucy Hardwicke en Entre mujeres, un drama romántico protagonizado por Meg Ryan, y protagonizó Hacia rutas salvajes, de Sean Penn. Al año siguiente, su participación en What just happened la hizo compartir cartel nada menos que con Robert de Niro. Y fue también el 2008 el que la hizo dar el gran salto con el estreno de la primera parte de Crepúsculo, un éxito que superó nada menos que el de Harry Potter, la saga basada en el libro de J.K. Rowlling.
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